Toda la producción literaria de Virginia Woolf está ligada a su peripecia vital y Orlando no es un caso distinto. Su amante Vita Sackville-West fue quien la inspiró en esta novela. Pero ella no es Orlando, claro. Orlando es un ser imposible de abarcar, que vive en cinco siglos distintos (desde mediados del siglo xvi hasta principos del xx), que cambia de sexo sin cambiar de identidad, que es embajador y vive una temporada con un grupo itinerante de gitanos... Orlando es un ser en busca de su plenitud vital, visto desde la óptica de un biógrafo peculiar, irónico y que parodia el propio género. Porque Orlando es muchos Orlandos.