La muerte de la naturaleza, publicado por primera vez en 1980 y recién ahora traducido al español, es el libro pionero que articula con maestría esas tres preocupaciones el rol de la ciencia, el ambientalismo y el feminismo en una deslumbrante reconstrucción histórica y crítica. Desde la Antigüedad hasta el Renacimiento, la imagen de la tierra como un organismo vivo y una madre nutricia constituía un marco cultural y ético para los seres humanos: nadie mata fácilmente a una madre ni escarba en sus entrañas en busca de oro. Carolyn Merchant analiza cómo, entre los siglos XVI y XVII, esa imagen de un cosmos orgánico que tenía en su centro a una tierra viva y femenina dio paso a una visión mecanicista del mundo. La naturaleza se volvió una realidad salvaje y caótica que era necesario neutralizar, y finalmente una materia inerte, disponible para ser dominada y controlada. A medida que avanzaban los procesos de mercantilización e industrialización de la mano de la Revolución Científica moderna y los cambios tecnológicos, empezaron a gestarse nuevas imágenes de la naturaleza y de la mujer como pasivas y subordinadas al engranaje de las máquinas y al imperativo del progreso económico a cualquier costo. Esta obra fundacional del ecofeminismo, con enorme impacto dentro y fuera de la academia, recupera también las utopías y las tradiciones que fueron dejadas de lado. Su apuesta mayor y aún vigente no es volver a un mundo premoderno ni defender una mirada esencialista de la naturaleza y de las mujeres, sino preguntarse, a la luz de una historia llena de tensiones, cómo construir una visión del mundo que guíe a los ciudadanos del siglo XXI hacia una vida sostenible y sin opresión de género.