Ha llegado hasta nosotros una leyenda sobre un crimen cometido en el pasado por dos de los Monkton, parientes cercanos, del que se supone data la primera aparición de la demencia, pero es innecesario que escandalice a nadie repitiéndola. Baste decir que, a intervalos regulares, casi toda forma de locura apareció en la familia, siendo la monomanía la manifestación más frecuente de la enfermedad. (...)
(...) De todos los «locos Monkton», como solían denominarlos en Inglaterra, Alfred era el peor.