En un burdel a los pies del Himalaya, la siniestra madama Kankali inicia a su joven aprendiz, la hermosa Kalavati, en los sagrados preceptos del oficio más antiguo del mundo: encandilar a los mejores clientes, dejarlos sin cinco y echarlos sutilmente. Tras jurar honrar las enseñanzas de su «madre por conveniencia» (samayamatrka), Kalavati se dispone a sacrificar a su primera víctima en el altar de las cortesanas. El elegido es Panka, el ingenuo hijo de un avaro comerciante. Con una retahíla de ardides, las arteras mujeres cumplen su cometido haciendo valer su sabiduría profana: presas del deseo, los hombres viven sometidos a las fuerzas de la ilusión. La ilusión misma contiene el secreto para obtener lo único que vale la pena: dinero.
Esta divertida historia escrita en sánscrito por Ksemendra, autor del siglo XI, presenta un rostro poco conocido de la India: ni dioses solares ni eremitas impolutos ni príncipes heroicos o castas doncellas, sino falsos ascetas, burócratas corruptos, hedonistas, parias, celestinas y prostitutas. Con este hilarante desfile de figuras, Ksemendra busca exhibir los vicios de la sociedad de su época, en especial la hipocresía religiosa. Sin embargo, su mordaz pluma posee un alcance mayor, inesperadamente universal y actual. Madre por conveniencia es, en última instancia, una reflexión sarcásticamente profunda sobre la condición humana.