Nos encontramos ante el prototipo del héroe autodidacta americano que intentó experimentar a lo largo de toda su vida aquello que escribía. Su obra es un himno a la naturaleza y a la libertad del hombre, y su exitosa difusión lo convirtió no solo en un mito para los lectores de su época, sino también para los de generaciones venideras.
Durmió en la cárcel, fue buscador de oro en el Klondike, cazador de focas, contrabandista, vagabundo, corresponsal de guerra, marinero, pescador y, sobre todo, un incansable y experimentado viajero, trasladando así sus intensas experiencias y recuerdos vitales a su vasta obra literaria. Sus relatos, ambientados en los peligrosos mares del Sur o en las zonas heladas y más salvajes del norte, son extraídos de sus recuerdos y experiencias, confiriéndoles así, un aire de veracidad y autenticidad que está presente a lo largo de toda su obra.
Pese a su breve vida, Jack London es además uno de los grandes maestros del relato corto de todos los tiempos, al que logró imprimir un peculiar estilo, ágil y directo.