En el uso hablado y escrito del idioma español se sigue demostrando que el analfabetismo se incrementa cada día en el mundo y, mientras la lectura selecta permanezca relegada como actividad esencial de estudio, las imprecisiones del lenguaje seguirán aumentando.
Las expresiones espontáneas, alegres o graciosas son recomenda- bles, pero, cuando aparecen la ramplonería, el sentido malicioso, los tonos fuertes y la gramática descuidada, se corre el riesgo de que esos empiecen a convertirse en los referentes de expresión para millones de personas.
Es evidente que las nuevas percepciones que genera el mundo vir- tual influyen en nuestra cotidianidad, y las formas de hablar y de escri- bir son ejemplo claro. Las concordancias entre singular y plural poco importan, el confuso uso del género, la desaparición de las tildes, el abuso de las mayúsculas, los extraños vocativos, entre otras fallas, hay son comunes.
Sin embargo, Jairo Valderrama Valderrama nos brinda la posibilidad de corregir errores, salvar equivocaciones idiomáticas y de mejorar la destreza en el buen uso del idioma español.