La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores». Así comienza la cuarta novela de Virginia Woolf, una de las más apreciadas por los lectores. Publicada por primera vez en 1925, La señora Dalloway se ha considerado, no sólo la obra maestra de Woolf, sino una novela esencial del movimiento modernista inglés, y una de las más importantes e influyentes novelas del siglo XX. En esta extraordinaria edición anotada, la reconocida escritora, académica y crítica literaria Merve Emre ha elaborado una versión definitiva y sin precedentes de esta obra fundamental, apoyándose en abundantes notas que muestran las ambiciones estéticas y políticas de Woolf, evidenciadas tanto en La señora Dalloway como en su vida personal y el resto de su obra literaria.
Como es de sobra conocido, la acción de La señora Dalloway transcurre en un solo día de finales de junio, y su argumento pivota alrededor de Clarissa Dalloway, una londinense de clase alta atareada con los preparativos de una fiesta que celebrará en su casa esa misma noche y a la que acudirá la elite de la nación. Pero bajo la engañosa sencillez de la premisa planteada por Woolf se esconde una ingeniosa sátira del sistema social inglés y una innovadora exploración de la consciencia humana. Los acontecimientos fluyen a través de las mentes de Clarissa y su antiguo pretendiente, Peter Walsh, pero no sólo de ellos, sino que este mismo proceso tiene lugar tanto en sirvientes como en damas y caballeros de la alta sociedad. Los personajes de Woolf, constituidos por un halo luminoso de recuerdos y percepciones, dibujan un amplio retrato de la sociedad de Londres, sometida a profundos cambios tras la Primera Guerra Mundial. Y no hay un personaje en la novela al que la guerra no haya afectado más que a Septimus Smith, el perturbado veterano de guerra quien se convierte, de forma inesperada, en el otro personaje clave de la novela.