Este libro se pregunta por el sentido que los habitantes le dan al espacio al producirlo comunitariamente. Se trata de una apuesta por entender la ciudad como construcción colectiva, que puede ser explicada sin renunciar a los procedimientos y conceptos de las ciencias sociales, en un diálogo parejo entre la investigadora y la comunidad. Su objeto es la ciudad, pero no como el espacio abstracto de la geometría, el físico de la geografía o el planeado y normado de la urbanística, sino el espacio social en cuanto humano, esto es, construido y habitado comunitariamente.