Los fantasmas que atraviesan este libro habitan en un avejentado hotel de carretera o en el cuerpo de una gata embarazada, se enredan en una trenza atada por una cinta azul, explotan con estruendo en el aire y se ocultan entre los dientes de una minúscula mujer desnuda. Cruzan plácidamente de un relato a otro y por momentos se vuelven una presencia tangible que se cuela en la vida cotidiana, engañándonos y seduciéndonos para que intimemos con ellos. Su lectura nos deja con la sensación de haber experimentado algo extraordinario: una aparición terrorífica, un futuro inquietante, un recuerdo entrañable.
Solange Rodríguez Pappe crea tramas perturbadoras que dejan huellas hondas. Parece haber venido para expulsarnos de la realidad y empujarnos fatalmente a la incertidumbre y a la extrañeza.