La muchacha que protagoniza y titula estos poemas se llama Carla Dondi y vive en la periferia de Milán. Una ciudad ajena a las postales, que se expande en la década de los cincuenta, y también una ciudad hostil a todas las circunstancias en las que y a las que la muchacha Carla sobrevive: es una mujer, es una mujer joven, es una mujer joven de clase obrera. La muchacha Carla tiene mucho de poema épico, por su voluntad de acompañar a un personaje que se construye a sí mismo, pese a todo.
Elio Pagliarani trabajó durante años en este libro que primero fue un guion de cine, y que más tarde saltó a la poesía como relato en verso, convirtiéndose en una pieza fundamental del neovanguardista y novísimo Gruppo 63. La muchacha Carla es una obra innovadora por su compromiso ético y formal, en la que se reflexiona sobre el capitalismo o el patriarcado desde el riesgo del lenguaje, fracturado en su diálogo con otros géneros e incorporando elementos de los medios de comunicación, los manuales de enseñanza o la publicidad.