Una historia poderosa y conmovedora sobre la tristeza, la esperanza, la amistad y el amor.
En las afueras de Tokio, en una pequeña ciudad bañada por el océano y rodeada de montañas, se encuentra la casa donde Shuichi pasó su infancia y a la que acaba de regresar. Shuichi es un famoso ilustrador, tiene cuarenta años y una cicatriz en medio del pecho. Vive obsesionado con su corazón, al que ausculta todas las noches, y con los recuerdos confusos del pasado. Su madre los manipuló para protegerlo del dolor: siempre le contó una versión dulcificada de sus pequeños dramas. El problema es que, si uno no tiene la certeza de haber sufrido en el pasado y de haberlo superado, ¿de dónde puede sacar el valor para seguir intentándolo?
Un día, Shuichi se da cuenta de que un misterioso niño deambula por las inmediaciones de su casa. Una extraña presencia que le suscita muchos interrogantes: ¿quién es el niño que lo observa y por qué ha elegido su casa? Pero, por encima de todo, ¿cómo se atrapa a un pez-niño? Shuichi descubre que el pequeño se llama Kenta, tiene ocho años y vive unas aventuras prodigiosas en la más absoluta soledad.