"Nadie habría creído en los últimos años del siglo xix que este mundo estuviera siendo observado en profundidad y con mucha atención por inteligencias superiores a las del hombre y, sin embargo, tan mortales como la suya; que mientras los hombres se hallaban ocupados en sus diversos asuntos, eran escudriñados y estudiados, quizás casi tan a fondo como podría un hombre escudriñar con un microscopio las efímeras criaturas que pululan y se multiplican en una gota de agua..."-