En La gran borrachera, René Daumal explora los abismos del mundo materialista en un viaje iniciático dividido en tres etapas: el autor parte de un inframundo lleno de borrachos y personajes extravagantes para visitar después, en un rápido ascenso, a los abstemios incurables, los llamados Evadidos superiores -farsantes del arte, de la política y de la ciencia viven en los paraísos artificiales con sus falsos dioses-. Luego viene el despertar, la transformación hacia una nueva realidad. El autor aprenderá a conocerse mejor, a profundizar en la vía introspectiva, rechazando los círculos viciosos del alcohol y de la falsa sabiduría:
«Mientras que la filosofía enseña cómo el hombre pretende pensar, la borrachera enseña cómo piensa».