Después de enfrentar dos diagnósticos fatales, Clara Estrada entendió que el amor y su poder infinito fueron determinantes para superar con éxito las dificultades que la estaban desafiando. En su segundo libro nos enseña que el amor propio es un estado del alma: no está determinado por el cuerpo, si está o no en perfecto estado, e incluye no solo lo bueno, sino también los dolores, desencuentros, fracasos, tristezas, heridas y frustraciones. Debería ser tan importante como respirar, porque de ahí parten todos los demás: el amor a la pareja, a los padres, a los hijos, a los amigos, al trabajo, a la naturaleza. En estas páginas encontrarás las herramientas para usar esa poderosa energía que tienes dentro de ti.