ELLA PUEDE OÍR A LOS MUERTOS.
Y ESO ES TANTO UN DON COMO UNA MALDICIÓN.
Jeanie Masterson tiene un don: puede oír a las personas recién fallecidas y dar voz a sus revelaciones y últimos deseos. Este don, heredado de su padre, es lo que ha permitido florecer a la funeraria situada en una pequeña ciudad irlandesa. Sin embargo, Jeanie siempre se ha sentido un poco incómoda censurando algunos de los últimos mensajes de los muertos dirigidos a los vivos. Y tampoco está muy segura de si tomó la decisión correcta cuando terminó el instituto hace diecisiete años: tuvo que elegir entre quedarse en casa o marcharse a vivir una nueva vida en Londres con su carismático novio de la adolescencia.
Cuando los padres de Jeanie la sorprenden con la noticia de que han decidido jubilarse, de repente nuestra protagonista se ve forzada a salir del limbo en el que ha vivido durante tanto tiempo.
En esta fascinante historia, Anne Griffin retrata a una chica dividida entre el deber, un matrimonio cómodo, una vocación que ama y odia a la vez, y su última oportunidad para librarse de todo. La chica que oía a los muertos explora con una honestidad desgarradora aquello que ganamos y a lo que renunciamos cuando decidimos seguir a nuestro corazón