"Todo cambia, en efecto, pero raramente a mejor." El gran ensayista rumano, en estado puro.
Emil Cioran nos invita a reflexionar en este ensayo sobre la ineptitud humana para la felicidad y nuestra incapacidad para soportarla. El relato bíblico del Genesis dejó las cosas claras desde el principio: al desobedecer el mandato divino, al preferir la sabiduría a la inmortalidad, sellamos nuestro destino como seres errantes, en busca de un Paraíso perdido al que, de todas formas no podríamos adaptarnos si alguna vez dieramos con el. A lo largo de estas páginas, el celebre ensayista rumano se pregunta si la inocencia es el estado natural del ser humano, y el dolor, condición de la sabiduría. La respuesta, paradójica, sorprendente, es una muestra más del sarcasmo y la lucidez extrema de este maestro del pensamiento.