A sus siete años, M descubre el mundo a partir de artículos de ferretería. Sabe que todas las estructuras se sostienen con tornillos, así que uno mal puesto podría precipitar el fin del mundo. Sus compañeros miran las estrellas en el cielo, y ella les explica que en realidad son tachuelas de tres pulgadas. Sin que su madre lo sepa, falta al colegio y visita pueblos y tiendas junto a su padre para vender el catálogo de Kramp. En estos recorridos, rodeada de vendedores y viajeros, deja de ser una niña, mientras aparecen las grietas de una historia de fantasmas y violencia.