En esta evocación en forma de memorias, y continuación de Infancia, J. M. Coetzee revisita su juventud, período fundamental de aprendizaje para el autor y narrador de la historia, un estudiante de matemáticas e inglés que quiere ser escritor. Para conseguirlo, se traslada desde Ciudad del Cabo hasta la capital inglesa, huyendo de la situación claustrofóbica y compleja que atraviesa su país y de una serie de circunstancias personales conflictivas. En esta búsqueda de sí mismo, el joven protagonista aparece como un individuo atormentado e inseguro, aterrorizado ante la imposibilidad de encontrar una voz narrativa que dé salida a sus aspiraciones creativas.