Como nos advierte Mark Fisher, este libro nació de la convicción de que la muerte de Michael Jackson debía ser abordada por algo más que tributos fáciles o biografías abultadas. Sus autores -una selección de críticos culturales y musicales entre los que se encuentran Ian Penman, Simon Reynolds, Barney Hoskyns y Steven Shaviro- coinciden en que su obra y su vida son un síntoma que requiere ser interpretado, y que su muerte, ocurrida justo después de la última crisis financiera y de la elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos, marcó el final de una era que él más que nadie había ayudado a definir.