Seguro crees que ser abducida por extraterrestres es lo peor que me ha pasado. Y no lo es. La nave en la que viajábamos tuvo problemas técnicos y nuestros secuestradores nos dejaron a mí y a mis compañeras abandonadas en un planeta congelado.
No estamos preparadas para este mundo hostil, pero no podemos resignarnos a morir, así que decido salir a la nieve a buscar ayuda. Y la encuentro: un alien azul, enorme y con cuernos se presenta de forma... extraña. Vektal dice que soy su pareja y que mi presencia es la razón por la cual su pecho ronronea. Él nos ayudará a sobrevivir, pero ahora tengo un nuevo problema: necesitamos a Vektal si queremos mantenernos con vida; sin embargo, dudo que me deje volver a casa.