La propuesta que hace la autora de este libro es interpretar la figura del Ángel de la Historia desde un ángulo antropológico y hacer una lectura de la IX Tesis de Benjamín donde aparece dicha figura, a partir de consideraciones que provienen de una antropología de la guerra y el conflicto. Una lectura situada de esa imagen tan inquietante y misteriosa mediante la cual Benjamín puso de presente los desaciertos del historicismo y la fatalidad del progreso. En los relatos de las mujeres que aparecen en este libro se entrelazan emociones, recuerdos e interpretaciones que ponen en evidencia la ruptura traumática que producen los eventos de la guerra. Las sobrevivientes, aunque logran articular oralmente su relato, tienen dificultades para darle un sentido a los hechos vividos. La intención es hacer audible el silencio de medio siglo que ha rodeado la vida de las mujeres que fueron niñas durante La Violencia, y con ello contribuir a darle un sentido al sin sentido. Al hurgar en las ruinas del pasado necesariamente se entra en contacto con episodios catastróficos que, por lo general, no tienen explicación y que, aunque lo intentemos, no se pueden remediar.El Ángel de la Historia quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido porque se siente interpelado por las ruinas del pasado. Si nuestro ángel transitara por entre los restos y las ruinas de memoria que dejaron tras de sí los doscientos mil muertos de La Violencia, podría ser testigo de las vivencias de los que nunca hablaron?, de los que nunca reclamaron?, de los que nunca fueron reivindicados por la justicia?, podría el Ángel reclamar la representación de quienes fueron asesinados y sus cuerpos tirados a los ríos con el fin de desaparecer toda evidencia? En suma, podría el ángel representar nuestra catástrofe y cómo sería esa representación?