Esta novela una de las memorias más apasionantes de la literatura mexicana, con casi medio siglo de gozar del favor de los lectores tiene dos narradoras: Jesusa Palancares, quien cuenta su vida, y Elena Poniatowska, quien recrea con oficio y sensibilidad excepcionales los avatares de una vida notable no sólo por su originalidad sino también por la luz que arroja sobre momentos y costumbres cruciales. Jesusa Palancares es la voz que cuenta en primera persona la historia de México en el siglo XX desde su peculiares modismos musicales. Como en Cartucho de Nellie Campobello, Hasta no verte Jesús mío guarda en su interior, como dentro de un alhajero, el idioma del campo y de la ciudad tal como Elena Poniatowska aprendió a escucharlo. Basada en esa escucha, en ese recorrer los sonidos del testimonio, Hasta no verte Jesús mío va hilvanando las vidas de las mujeres que despertaron con la Revolución Mexicana en forma de soldaderas, sirvientas, obreras. Abandonadas, siempre abandonadas, jamás necesitaron de los hombres. Esta novela cuenta la historia de la fortaleza del país: sus mujeres.