Cuando escuchamos mencionar la palabra existencialismo, en seguida pensamos en un puñado de rostros borrosos envueltos en humo asomando por el cuello de largas gabardinas, probablemente recortados sobre un fondo en blanco y negro. Gente antigua y rara, vaya, y además bastante deprimente. Sin embargo, como se encarga de recordarnos Gary Cox, «los existencialistas son seres con los pies en la tierra, entre otras cosas porque se preocupan por temas prácticos como la existencia, la experiencia y las interacciones que sufre el ser humano en el entorno urbano». De la mano de Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Heidegger, Camus y tantos otros nombres inscritos en la corriente existencialista, Cox se empeña en reivindicar la utilidad de su pensamiento para combatir las principales preocupaciones de los hombres y mujeres contemporáneos, desde la libertad hasta el sexo, pasando (quizá necesariamente) por la angustia. Esta "Guía existencialista para la muerte, el universo y la nada" es un recorrido riguroso, pero también ameno y ocurrente, por las principales líneas del pensamiento existencialista, y un recordatorio de su constante actualidad y de su utilidad para afrontar cada día la rutina de nuestras vidas. O, quizá, para aprender a salirnos de ella.