La gran popularidad y relevante posición de Georgia O´Keeffe (1887-1986) en el arte americano no se deben sólo a su obra pictórica, sino también a su singular personalidad; organizó su legendaria vida de forma muy personal, instalándose en el desierto de Nuevo México. Su carrera artística se extiende durante más de medio siglo, entre el temprano modernismo americano y las tendencias abstractas de los años cincuenta y sesenta. Sus obras, caracterizadas por una expresiva fuerza cromática y una sensualidad encubierta, han empezado, desde hace algún tiempo, a conquistar también el continente europeo. Los motivos de sus cuadros, flores sobredimensionadas, así como paisajes del suroeste norteamericano, reflejan su profunda vinculación con la naturaleza.