Inglaterra, 1781. El joven William debe recorrer las tierras de su familia y aprender su manejo. En lo profundo de las aldeas, se percata de la presencia de seres extraños que nunca creyó que pudieran existir. Seres deformes, incapaces de comunicarse (o eso parece), viviendo como animales. ¿Son seres humanos? Nunca le habían hablado sobre estos engendros y nadie, al parecer, quiere hacerlo ahora salvo su tutor