La obra de Nicolás Guillén entronca con esa poesía actuante, que identifica al poeta y la revolución. Ya la voz es de una nacionalidad en vías de consolidarse: entera, abarcadora, cubre todos los registros posibles porque se ha formado con los elementos totales que integran el complejo nacional cubano. Nace Guillén de padres mulatos, a su vez descendientes de mulatos, lo que quiere decir que es producto de un tipo racial específico en cuyas venas desembocan los dos afluentes - europeo y africano - que participan en la composición étnica básica del pueblo fraguado en la Isla por el devenir histórico. Este mestizaje blanquinegro, síntesis de lo criollo, va a permitir el poeta la asimilación de las esencias populares más directas, la absorción de los jugos más genuinos del espíritu nacional.