El principio del placer reúne seis cuentos y una novela corta que le da título al libro. En ella un adolescente narra su descubrimiento del amor y la sexualidad y su encuentro con la corrupción de México y del mundo. Lo fantástico se vuelve verosímil y lo cotidiano se hace espectral en una serie de relatos que hablan de las edades humanas desde la niñez hasta la vejez. Tenga para que se entretenga es un relato ambiguo que lo mismo puede leerse como un cuento de espantos, ya transformado por la tradición oral en una más entre las muchas leyendas de la ciudad, que como una crítica de los excesos a que llega el hermano incómodo de un presidente. La zarpa explora la relación elusiva y misteriosa que llamamos amistad. La fiesta brava es acaso el primer cuento que se escribió sobre el metro de la capital. Langerhaus contrasta la esperanza que fuimos en la niñez y la adolescencia con el fantasma en que la vida es capaz de convertirnos. Por último, Cuando salí de La Habana recrea el tema ancestral de los viajes en el tiempo para demostrar que no haya escape posible contra el peso de la historia en nuestra existencia individual.
Aparecido por primera vez en 1972 y reeditado constantemente desde entonces, El principio del placer se ofrece ahora en una nueva versión que lo hace el mismo libro y a la vez otro nuevo, enriquecido con toda clase de precisiones que lo vuelven aún más nítido y coherente. Si innumerables lectores han disfrutado de este libro clave, su redacción final lo presenta todavía más inquietante y más abierto a otras lecturas e interpretaciones en un contexto que era impensable en el momento en que salió