Efectivamente, tarde o temprano, con mayor o menor intensidad, y desde una u otra posición, todos acabamos teniendo que afrontar la experiencia del mal en nuestra vida. Safranski plantea su investigación en torno a dos ejes fundamentales: de dónde surge el mal y por qué. La primera es la pregunta acerca del origen; y tanto en los relatos bíblicos como en las teogonías griegas aparece la sospecha de que el caos, la violencia y la destrucción no sólo son el principio de todas las cosas, sino que siguen ahí, latentes en la civilización. La segunda es la pregunta acerca del porqué del mal, y aquí nos vemos enfrentados al tema de la libertad y al hecho de que el hombre es, como se ha dicho, el «animal no fijado», el que tiene la posibilidad de elegir. Como en todos sus ensayos y biografías, Rüdiger Safranski muestra de nuevo su enorme talento para convertir la historia de una idea en un viaje apasionante a lo largo de la literatura y la filosofía occidentales, las religiones y el arte de nuestra cultura.