Obra esencial de la Alquimia Hermética para lograr el dominio de las fuerzas mentales.
El sabio a medias, reconociendo la realidad relativa del Universo, se imagina que puede desafiar sus leyes. Ese no es más que un tonto, vano y presuntuoso, que se estrellará contra las rocas y será aplastado por los elementos, en razón de su locura. El verdadero sabio, conociendo la naturaleza del Universo, emplea la Ley contra las leyes: las superiores contra las inferiores, y por medio de la Alquimia transmuta lo que no es deseable en lo valioso, y de esta manera triunfa. El adepto consiste, no en sueños anormales, visiones o imágenes fantasmagóricas, sino en el sabio empleo de las fuerzas superiores contra las inferiores, escapando así de los dolores de los planos inferiores vibrando en los más elevados. La transmutación (no la negación presuntuosa) es el arma del Maestro.