Gracias a una finca abandonada en Toscana, la autora logra dejar atrás la metrópoli y aprender a trabajar la tierra. Pero el huerto es un severo maestro, desvela de forma despiadada derrotas y fracasos y, por eso, enseña a afrontarlos. En esta obra, Pia Pera presta especial atención a este duro mentor, se torna su aprendiz y nos envuelve en literatura. De las guindas a Kafka, de la aventura de plantar los bulbos a Pasolini, la escritura de Pia refulge entre la horticultura y la poesía, entreverando flores y frutos con amistad, sabiduría, sufrimiento, determinación y amor.