El gato es sigiloso, profano; es el espectador privilegiado de los encuentros eróticos de una pareja; se convertirá en un partícipe insustituible de las expediciones eróticas de los personajes. Esta novela se construye en escenarios urbanos y atmósferas con olor a piel y cigarro. Una buena elección para quienes deseen acercarse a la obra de García Ponce (1932-2003) y para quienes disfrutan del erotismo y sus vicisitudes.