El corazón de las tinieblas. Por Joseph Conrad. Traducido por Juan Gabriel Vásquez. Publicado por angosta. Las ediciones de angosta, son sinónimo de calidad editorial; de diseño, de amor por el continente del libro, por su vestido, que nos produce un placer estético al tenerlo en nuestras manos. Por otra parte, la traducción de Juan Gabriel es impecable. El relato, por supuesto, es de Conrad. Es decir: el maestro indiscutido del cuento y un novelista cuya obra está grabada en el bronce de la eternidad. Leer el corazón de las tinieblas, es viajar a los abismos del alma humana.
Woolf decía que uno abre las páginas de Conrad y siente lo que debió de sentir Helena de Troya al verse al espejo: hiciera lo que hiciera, nunca podría pasar por una mujer del montón. Decía también que Conrad buscaba en la extraña lengua inglesa más sus cualidades latinas que las sajonas, y por eso le resultaba imposible hacer un movimiento de la pluma que fuera feo o insignificante. Pero el corazón de las tinieblas es al mismo tiempo un relato hablado -Marlow lo cuenta de viva voz en el curso de unas horas-, y eso transmite ala prosa una curiosa tensión que para el lector es un espectáculo y para el traductor, un reto.