Tanto en su complejidad mecánica como en su articulación con el cuerpo social, el cine puede ser entendido como una máquina que tiene la capacidad de representar y narrar el mundo y el ser humano, pero también puede ser visto como un aparato de control y sometimiento de hombres y mujeres, que vigila y registra todo desde cualquier lugar y momento o desde el poder hipnótico de sus imágenes, capaz de mover las emociones de las masas. Mauricio Durán Castro examina en este libro la doble potencia del cine, como una creación que le permite al hombre moderno ampliar su mirada científica y filosófica y, a la vez, atrapar su inconsciente.