Este es un juego que todos hemos jugado antes, aunque, quizás
con menos sorpresas y risas. En el balancín es imposible jugar solo y, precisamente por eso, la diversión empieza con uno y termina en muchos. La sorpresa y el humor nos encuentran en cada cambio de página porque en este balancín no sólo juegan dos: mientras se sube y se baja pasan muchas cosas, algunas peligrosas y otras que nos llenarán de risa. Las ilustraciones de Camp, llenas de color y de trazos desiguales logran una composición muy balanceada con personajes diversos que reúne alrededor del juego.
¿Preparados? Después de jugar con este balancín nunca verás el del parque de la misma manera