Este libro trata de un edificio donde cada departamento es un cuento que se entrevera un poco con el de al lado, como ocurre a menudo entre vecinos. En él viven un militar y una señora enamorada, algunos perros y un gato, un hombre que va al psicoanalista, otro que no abre los ojos y una rubia angelical, incluso tiene su portero con mascota en la azotea.
Y estos cuentos también son un edificio mental, literario, armado con historias que siempre se salen un poco de sí mismas para desembocar en otra parte, como ocurriría si uno espiara por las ventanas e intentara descifrar qué mundo escon-den los gestos de sus habitantes