Antes de ser elevada por el cine a uno de los puestos privilegiados del imaginario del siglo XX, la leyenda del vampiro que prolonga su existencia a costa de la sangre de sus víctimas alcanzó un gran reconocimiento literario gracias a la gran obra de Bram Stoker, en la que se sintetizan las pulsiones más profundas del ser humano -la vida y la muerte, la sexualidad, el bien y el mal- para alumbrar este relato que es ya un clásico indiscutible de la literatura de terror.