El licenciado Dante C. de la Estrella es uno de esos personajes en quienes la mezcla tan mexicana de resentimiento y megalomanía produce una locura social tan obvia como impredecible.
Cima y sima de cierta manera de vivir del cuento, licenciado que linda con la metafísica, narciso banal y aterrador, correveidile de su propio protagonismo imaginario, el licenciado De la Estrella siembra el pánico y a la vez se siente genuinamente perseguido. Según él, rebate calumnias y deshace entuertos; pero como los entuertos son todos pasados y él es un leguleyo, lo único que consigue es armar argüendes, intrigas, situaciones de una incomodidad límite. Mediocre y extraordinario, insoportable y desmesurado, el licenciado De la Estrella es una auténtica bomba de tiempo.
¿La culpable de esto? El lector encontrará, sin duda, varias causales, pero a De la Estrella no le cabe duda de que la causante principal es Marietta Karapetiz, otro de esos seres perversos y extravagantes que deambulan por la obra de Sergio Pitol con sus melancolías y goces particulares, y que, con la complicidad de su inefable hermano, encarna una peculiarísima libertad, especialmente venenosa para nuestro licenciado De la Estrella, obligado a entablar con ella singular combate.
Esta novela regocijante y enigmática de Pitol, con su humor malvado y fino, es un tour de force de la creación de personajes. A la vez es una hilarante comedia de enredos que una y otra vez le arranca carcajadas al lector.