El cuidado del alma fue una bella y efímera fantasía griega que echó raíces en nuestra cultura. El alma era una alegoría de la vida natural, humana y cosmológica- y su cuidado consistía en cultivar un ideal ético y estético de existencia. El cuidado del alma llevó a los griegos a abrazar dos aspiraciones complementarias entre sí: la excelencia de la performance en todas las actividades, la areté, y el adiestramiento en las artes que condujesen a su buen ejercicio, la paideia.
En la actualidad, el cuidado del alma se lo disputan los gurús de la autoayuda y los gestores de la calidad. Son dos oficios solo en apariencia disímiles, porque los aúna el empeño por ocultar la pérdida del sentido y producir una retórica de la simulación.