Siguiendo la tradición de Por qué no soy cristiano, de Bertrand Russell,
Christopher Hitchens presenta el argumento definitivo contra la
religión. A través de una interpretación profunda y erudita de las
principales ideas religiosas, Hitchens demuestra que la religión,
producto del hombre, es peligrosamente represiva y distorsiona la
explicación de nuestro origen en el universo. El autor propone una vida
laica, basada en la ciencia y la razón, en la que cielo e infierno ceden
su lugar a la visión del universo del telescopio Hubble.