«Rubia, elegante y simpática...», tal como la describe el historiador francés Guy Breton, Grace Dalrymple nació hacia 1757 en una de las más arraigadas familias de la nobleza escocesa. Debe su nombre de Mrs. Elliott a un infortunado matrimonio con Sir John Elliott, noble de la edad de su padre. Los ecos de su belleza llegaron a palacio y pronto se convirtió en amante del Príncipe de Gales, que la dejó embarazada. La familia real, los Windsor, deciden que Grace tenga a su hija en secreto para después enviar a la madre a Francia, lejos del príncipe Jorge. Ya en París, Mrs. Elliott frecuenta los círculos de la nobleza en los años que precedieron al estallido de la Revolución en 1789, y tiene una historia de amor con el duque de Orléans (que ha inspirado una reciente película del prestigioso cineasta francés Eric Rohmer). Es la crónica de aquellos años intensos y terribles, que cambiaron el rumbo de la Historia, lo que nos narra Mrs. Elliott de modo privilegiado y emotivo en este Diario de mi vida durante la Revolución Francesa, en un crescendo que va de la batalla en las calles de París a la caza y ejecución de nobles o al terrible recorrido de las turbas por la ciudad, recuerdos de una testigo de excepción, a un tiempo monárquica (sufrió prisión durante año y medio por ello bajo la sombra de la guillotina) y amante del duque de Orléans (Felipe Igualdad, para los revolucionarios), uno de los principales cabecillas de la Revolución que acabaría siendo guillotinado también. Además del infortunado duque, por estas vívidas memorias transitan también Robespierre, Madame Buffon, Lafayette, la futura emperatriz Josefina, Sieyés, el general Hoche y muchas otras figuras de relieve para la historia de Francia.