El bombardeo de Dresde sigue siendo uno de los episodios más polémicos de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad persiste aún el debate dado que la capital sajona no era un objetivo de interés estratégico o militar tal y como aseguran fuentes políticas o militares aliadas, sino que por el contrario el bombardeo fue una represalia desproporcionada e indiscriminada e incluso se trató de un crimen de guerra realizado a sangre fría con la firme intención de aniquilar a cientos de miles de civiles alemanes y a los refugiados del este de Europa, que huían del avance del Ejército Rojo y buscaban refugio, precisamente, en Dresde.