El ingreso de Meillassoux a la escena filosófica marca el comienzo de una nueva época: el fin del punto de vista trascendental y el retorno de la ontología realista. Precursor de un movimiento filosófico conocido mundialmente como realismo especulativo, Meillassoux se lanza en este, su primer libro, tras los pasos de Locke y de Descartes a la conquista de lo absoluto por el pensamiento. Pero el absoluto recobrado más allá de la finitud humana carece ya de toda eminencia o necesidad, y de cualquier vestigio de ingenuidad y nostalgia pre-kantianas: es Caos y mera facticidad, sinrazón y contingencia ciega de todo lo que existe.
Prefacio Alain Badiou
Edición al cuidado de Florencio Noceti