PERRY, GUILLERMO / LOPÉZ GIRALDO, ISABEL
El libro podría dividirse en dos partes, la primera, que va de 1968 a 1996, es una historia contada desde adentro, desde las entrañas, por un protagonista y testigo excepcional: director de impuestos, ministro en dos ocasiones, constituyente, asesor. Esta es en buena medida un ejercicio memorístico, las memorias de un técnico que, de manera ambivalente, con dudas al comienzo y con convicción después, ingresa al mundo de la política.
La segunda parte, que va desde 1996 a 2018, es más analítica, es una historia ya no contada desde adentro, sino desde afuera, con la distancia escéptica que dan los años y el desapego al poder. En las dos partes hay anécdotas y reflexiones, pero la perspectiva es diferente. Los recuerdos cuentan más en la primera. Los análisis más en la segunda. La primera y la segunda parte están divididas por una decisión trascendental, un dilema trágico (la lealtad y la moralidad no siempre son compatibles) que definió la trayectoria profesional del autor: su renuncia al gobierno de Ernesto Samper una vez se hizo público que la campaña había sido financiada en parte con dineros del narcotráfico.
La crítica ha dicho...
Testigo y protagonista. Así puede describirse este libro escrito por alguien que a lo largo de medio siglo de vida y profesional, estuvo involucrado en varias de las grandes decisiones que marcaron no solo el destino de la economía colombiana, sino el rumbo del país. Agudo analista de su época, Perry confirma que es una de las mentes más brillantes de su generación: alguien que entiende y explica por qué el país debería progresar mucho más y las razones de no haberlo hecho. Todo ello, dicho de manera franca, con respeto a principios a los cuales sigue fiel y con la rara capacidad de poder llamar a las cosas por su nombre. En resumen, este es un texto inigualable.
Ricardo Ávila, director de Portafolio
Un libro de referencia para quienes quieran entender cómo se ha ido construyendo la política económica del país: las casi insuperables dificultades técnicas; los inevitables dilemas morales; las tensiones y conexiones entre las lógicas políticas y tecnocráticas; el engranaje de lo público y el poder en Colombia; el ámbito reducido en el que se toman las decisiones; el alto nivel de influencia que tienen algunas personas individualmente -sobre todo aquellas que se obsesionan con sus sueños o sus metas- y el peso que tienen las ideas en los proyectos de cada Gobierno. Perry demuestra un agudo sentido del humor y una virtud escasa en nuestro país y es que elogia y critica a todos los presidentes y Gobiernos sin importar la afinidad ideológica o personal que tenga con ellos. Sin ninguna aspiración a ganarse con él un contrato o un amigo para el futuro, el libro es no solo la recapitulación de una vida de compromiso con el país sino una invitación a los jóvenes para seguir ese camino.
Juanita León, directora de La Silla Vacía