En cualquier situación de crisis, los niños son las principales víctimas. Físicamente más débiles, a menudo son los primeros en sucumbir al hambre, la enfermedad y la deshidratación. Desconocedores del funcionamiento y las deficiencias del mundo, son incapaces de entender por qué existe el peligro, por qué hay personas que quieren hacerles daño o por qué deben abandonar, quizá de forma precipitada, sus escuelas, sus amigos y su hogar.