Lo que se dice en esta obra puede ser aceptado o rechazado por el lector de acuerdo con su propio criterio. Se ha puesto todo lo necesario para comprender estas enseñanzas, las cuales se han expresado en palabras realmente comprensibles, aunque ello no fue una tarea fácil. El autor ha tratado constantemente de dar descripciones tan exactas y definidas como el asunto que se esté considerando lo permita, eliminando toda ambigüedad y dejando todo en claro. El mundo occidental forma, indudablemente, la vanguardia de la raza humana y, por razones que se indicaran mas adelante, los rosacruces sostienen, que ni el judaísmo ni el "Cristianismo popular", sino el verdadero Cristianismo Esotérico, será la religión del mundo. Buda, grande y sublime, podrá haber sido la "Luz de Asia" pero puede afirmarse que Cristo será la "Luz del Mundo". Así como la luz del Sol desvanece de las mas brillantes estrellas y borra todo vestigio de oscuridad iluminado y vivificado a todos los seres, así también, en un futuro no muy lejano, la verdadera religión de Cristo sobrepasara y anulara todas las religiones para eterno beneficio de la humanidad. En nuestra civilización, el abismo que se interpone entre la mente y el corazón se hace mas grande cada día, y, mientras la mente vuela de un descubrimiento a otro en los dominios de la ciencia, el vacío se hace mas grande y oscuro, y el corazón se ve dejado atrás cada vez mas. La mente pide a gritos, y se satisface solamente con explicaciones materialmente demostrables acerca del hombre y de los demás seres que forman el mundo fenomenal. El corazón siente instintivamente que hay algo más grande y aspira hacia aquello que siente ser una verdad de orden tan elevado, que la mente sola no puede alcanzar. El alma humana desearía remontarse sobre las etéreas alas de la intuición, desearía bañarse en la fuente de luz y amor espirituales.