La obra de José Lezama Lima (1910-1976) representa el mejor
momento de las letras cubanas en este siglo. Su excepcional escritura
pertenece a esos raros momentos de la historia literaria en que el autor
trasciende las fronteras convencionales de los géneros para alcanzar una
expresión incontaminada que se abre a una pluralidad de significados. Es
el triunfo del reino total de la poesía, de la palabra raigal y proteica.
En este sentido Paradiso es una summa de un sistema poético que se
realiza en la imagen. Sus ensayos, su narrativa y su obra poética, poco
importa la forma que asuma su escritura, forman parte de la misma
voluntad unitiva.
Así, María Zambrano pudo escribir: ?La poesía de Lezama me
pareció siempre vivir en estado más que de gracia, de sacrificio; único
estado en que el alma que contrae a diario nupcias con la realidad se
mantiene intacta... La poesía de Lezama, que es acción y no contemplación,
se sitúa a pesar de sus complicadas y a veces cristalinas formas en
ese lugar primario que corresponde a la poesía que se adentra en la
realidad despertándola y despertándose?.
Lezama Lima es conocido y admirado por la mágica monumentalidad
imperturbable de su obra; por el tupido ramaje en que se manifiestan
la vivencia oblicua, el súbito, lo incondicional poético, metáfora e imagen;
la palabra fundadora que no se distrae. Es el complejo entramado de
su propuesta: ?sólo lo difícil es estimulante?. En Cartas a Eloísa y otra
correspondencia el lector que frecuenta su obra descubrirá ahora el rostro
perplejo de un hombre profundamente tocado por la pesadilla de la historia.
La faz doméstica y entrañable que Lezama revela en sus cartas familiares,
la franca abertura a la risa y al giro coloquial con que escribe
a sus amigos ?escritores, editores, traductores, pintores, músicos? y
conocidos varios ponen al descubierto los registros más íntimos de un
ser que se reconoce en la fragilidad propia de la
naturaleza humana.
Relatan estas cartas cómo desde la soledad
y la marginalidad que se le impone, Lezama
Lima segrega un cuerpo literario que es resistencia
a la muerte y al desconsuelo.