Felipe Montero, un joven historiador, solicita empleo a doña Consuelo, viuda del general Llorente, para ordenar y terminar de redactar las memorias del difunto marido. A cambio, Felipe deberá vivir en la casa, un lugar misterioso que permanece en las tinieblas para evitar el recuerdo del general. Pronto conocerá a Aura, la sobrina de doña Consuelo, en una atmósfera inquietante parecida a la de un jardín maligno. En un estado de absoluta embriaguez, Felipe descubrirá que la dependencia de Aura hacia la anciana va más allá de lo imaginable. La artista Alejandra Acosta ofrece unos collages que exploran y profundizan en lo tenebroso de una de las muestras más notables de la narrativa mexicana.
You will never look again at your watch, that useless object that falsely measures a time agreed upon to human vanity, those hands that tediously mark the long hours invented to win the true time, the time that runs with the insulting, deadly speed that no watch can measure. In one of the most vertiginous writings of Carlos Fuentes, a curse garden surrounds a house in which time, untamed, favors bewilderment. This enclave inhabits elements such as the labyrinth, the double, the spectral line between life and death that, when blurred, makes the ominous emerge and generates an Aura populated by ambiguous shadows and moldy silences.