Hemos alternado sistemáticamente entre utopías progresivas y regresivas, entre aquellas que creen que el mundo perfecto se construirá en el futuro, con las armas y la ideología, y aquellos que buscan paraísos perdidos en el pasado. En este libro no se habla de las primeras, pero sí de las segundas; de ese sueño de someter la frontera invencible del tiempo. La utopía de retrotraernos fingiendo que no hay historia, ni acontecimientos, ni cambio, al inicio de los tiempos, liberados de todos los vicios y males que laceran el presente.